LA REVOLUCIÓN ORIENTAL
Entre 1806 y 1807, barcos ingleses atacaron
en dos oportunidades las colonias españolas del Río de la Plata. Primero
conquistaron la ciudad de Buenos Aires, donde residía el Virrey, haciéndolo
huir.
Fue entonces que los vecinos de Montevideo
organizaron una expedición para la conquista y, con el apoyo de los porteños,
obligaron a rendirse a los ingleses.
Más tarde la flota inglesa atacó
Montevideo, penetraron en la ciudad y establecieron un dominio que duró siete
meses. Durante ese breve período comerciaron abriendo mercados para los
productos de la industria de su país, fundaron el primer periódico y
difundieron sus ideas políticas y religiosas.
Al querer recapturar Buenos Aires
fracasaron y tuvieron que retirar definitivamente sus naves del Río de la Plata.
En esos meses los criollos hicieron una
doble experiencia:
Comprobaron las ventajas del libre
comercio frente al régimen español de monopolio,
Observaron la debilidad de las fuerzas
españolas y su propia capacidad para organizarse.
Poco
tiempo después, en Europa sucedieron hechos que tuvieron una gran repercusión
en todas las colonias españolas: en 1808 ejércitos franceses, que respondían a
su emperador Napoleón, invadieron España y tomaron prisionero al rey Fernando
VII.
En
muchos pueblos y ciudades de España y de América se formaron Juntas de
Gobierno, sosteniendo que al no estar el rey, el poder debía volver al pueblo.
En
Montevideo, en 1808, la población se reunió en cabildo abierto y se formó una
Junta presidida por el gobernador Elío, reafirmando su lealtad a España.
En
mayo de 1810 en Buenos Aires se instaló una Junta, la que resolvió, por el
contrario, cesar al virrey español y reemplazarlo. Así comenzó la sublevación
contra España en el Río de la Plata.
Las
autoridades españolas residentes en Montevideo no reconocieron a la Junta de
Buenos Aires, pero los pueblos, villas y la campaña oriental se fueron plegando
a las posiciones de la Junta de Mayo.
Por
eso la revolución en la Banda Oriental tuvo características propias:
Surgió en el medio rural. Más que
minorías ilustradas de la ciudad, fueron hombres de campo quienes la
encabezaron. La ciudad de Montevideo, por el contrario, se volvió el centro de
la contrarrevolución.
Fue caudillista, es decir dirigida por
quienes no ostentaban títulos emanados de una autoridad, sino que eran
proclamados espontáneamente conductores de la lucha por multitudes gauchas e
indígenas. Cada región seguía a su caudillo, pero hubo uno con el que todos se
sintieron identificados: Artigas.
Se inició de manera espontánea y en
diferentes lugares a la vez; los pobladores del campo se iban uniendo, sin
orden ni disciplina, en un ideal común, que poco a poco se iba definiendo.
Fue un movimiento policlasista, pues no
solamente eran los gauchos y los peones los que se rebelaban, sino que también
estaban presentes hacendados, capataces, curas párrocos, así como indios y
negros libertos.
Historia 5º año - AULA